Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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MARCELA López Rey es la actriz por antonomasia. En cuanto se abrió
el abanico de la oportunidad, dio el gran salto a la inmensa
responsabilidad de ser considerada una revelación. Su tipo,
marcadamente personal; sus ojos, de un mirar intenso, más allá del
asombro; una voz segura en la expresión de un tipo difícil de
lograr en una mujer tan joven, hacen de ella el justificativo de
una platea asombrada en el raudo avance a estrella que logra. —Les agradezco... Todo eso no hace más que hacerme pensar en la obligación de estar siempre atenta a los mil y un problemas que esta carrera presenta. —Quizá uno de esos problemas sea el de la vida privada misma... —¡Ustedes lo han dicho!... Desde que un artista salta a la popularidad le resulta totalmente imposible sustraerse a la curiosidad que trata de introducirse en nuestra vida privada. —¿Usted cree que eso se llama curiosidad? —Bueno... Creo que viene a tiempo vuestra salvedad ... En realidad se trata del interés que el público va cobrando sobre las figuras que él mismo consagra ... —O a veces rechaza... —Es que en cuanto pasamos a pertenecer al juicio de la platea nos convertimos en esclavos de ese juicio. Si queremos permanecer, debemos contar con lo único realmente valedero: el amor de los espectadores ... NATURAL —¿Le molesta eso?... —¡De ninguna manera!. .. Pero la verdad es que a veces no podemos estar a tono con las exigencias... En estos momentos estoy atravesando por uno de esos períodos en que el equívoco está a la vuelta de cada esquina... Con toda amplitud, ustedes recibieron mi información, cuando se produjo mi separación matrimonial. —Sí... Y lo publicamos como uno de los hechos naturales de cualquier matrimonio... —Pero es el caso que, en razón de nuestra profesión, debo estar cerca de mi ex esposo, más de lo que sería concebible para los que viven otro mundo que el nuestro de las candilejas. En estos momentos, estamos en los trámites iniciales de la filmación de “Che ovni”. —Que justamente dirigirá Aníbal Uset, su ex esposo, sobre un libro le Gius... —De hecho que debemos tener un trato constante. Ya es el caso de dos profesionales, cada uno en su función. Además, no debemos olvidar que Aníbal es el padre de Marcelita, mi hija..., y que es lo normal que el padre la visite y pase horas a su lado... Los hijos no deben pagar el distanciamiento de los padres... Por lo demás, creo que hemos superado los tiempos en que una desinteligencia matrimonial debía constituir una valla de odio entre los que en un tiempo se amaron... Revista Radiolandia 07/04/1967 |