Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

mellizas legrand
Mirtha y Silvia
ESTÁN DISTANCIADAS...?
MUCHO SE HA COMENTADO Y APARENTEMENTE MUCHO SE HA CALLADO SOBRE LA SITUACIÓN REAL DE LAS FAMOSAS MELLIZAS.

EL alejamiento de Silvia Legrand de las actividades cinematográficas —hace ya algunos años— fue un sacrificio de amor; pero realizado con la naturalidad y sencillez con que se cumplen los grandes actos. Silvia, casi una niña aún, cortaba de un golpe su carrera para la que había demostrado singulares dotes por su temperamento y la ductilidad de sus medios expresivos, para consagrarse a la atención exclusiva de su recién fundado hogar.
Si el público sintió el alejamiento de la bella “mellicita”, quizás mucho más lo sintió su hermanita Mirtha, no sólo por razones afectivas sino también por una fundamental razón biológica, si efectivamente los lazos de una convivencia prenatal se proyectan a través de la vida por medio de tenues e indestructibles hilos.
mellizas legrandEl alejamiento artístico de Silvia tuvo la virtud de estrechar aún más firmemente a las mellizas. Mirtha aprovechaba cuanta pausa le brindaba su actuación cinematográfica para correr junto a su hermana. afincada en una lejana ciudad sureña, y permanecer a su lado largas temporadas. Silvia hablaba de sus proyectos hogareños, de su inminente maternidad, de sus lecturas en la quietud de su casa. Mirtha le contaba de sus planes artísticos, de la gente nueva que iba apareciendo en el mundo cinematográfico y, quizás, fue a Silvia a la primera a quien confió su naciente romance con Daniel Tinayre...
Pero este clima de mutuo afecto, de auténtico amor fraternal fue un día quebrado por causas ajenas al propio sentir de las mellizas. Fue cuando Silvia resolvió volver a las actividades artísticas. Como siempre, fueron los extraños quienes con sus suspicacias, con sus observaciones malintencionadas cubrieron de nubes el cielo claro que hasta ese momento había encubierto la vida, no ya de las hermanas Legrand, sino de toda la familia.
Comenzaron a correr los rumores más descabellados. Se decía que Mirtha y Tinayre no podían soportar el retorno de Silvia. Más aún, que toda la familia entendía que esa inoportuna vuelta de Silvia era inconveniente para la carrera de su hermana. Y para apoyar estos supuestos asertos se observaba cómo Mirtha y Silvia no habían hecho declaraciones conjuntas a propósito del retomo de la primera; que ni negaban ni afirmaban la posibilidad de una actuación conjunta como en los tiempos de “Claro de luna” y “Soñar no cuesta nada”. Los más suspicaces señalaban el para ellos significativo hecho de que no aparecieran juntas en fotografías, que cuando acudían a algún acto lo hacían por separado en compañía de sus respectivos esposos, que se vestían y peinaban de manera totalmente diferente... Y no faltó quien notara que en el último Festival de Mar del Plata, mientras Mirtha aparecía vestida de oscuro, con peinado largo y cabello lacio, Silvia lo hacía de claro con peinado alto o corto. ¿Habrían esperado estos sutiles observadores que las hermanas Legrand aparecieran vestidas, como en los tiempos de su niñez, con el mismo vestidito blanco, idénticos zapatitos e igual moño anudado sobre el cabello?
Por el tobogán de la insensatez siguieron deslizándose rumores de todo calibre. Según uno de ellos, en el comedor del Hotel Nogaró, en Mar del Plata, se las había visto a Mirtha y Silvia comiendo juntas, en compañía del esposo y del hijo de la primera, cuando el señor Lopina. esposo de Silvia, se encontraba ausente; pero jamás habían compartido la mesa en presencia de este último.
El mismo hecho de que una vez las hermanas Legrand aparecieran y se fotografiaran juntas tuvo también su interpretación maliciosamente equívoca. Fue durante el desfile de modas realizado en el Hotel Hermitage en ocasión del referido Festival Cinematográfico. Silvia y Mirtha desfilaron y se mostraron juntas, causando la sensación que es fácil imaginar. Esta pública manifestación de afectuosidad de ellas fue interpretada como un propósito de acaparar la atención por sobre todas las demás figuras.
En fin, seguir ilustrando esta galería de la insensatez con otros ejemplos resulta no ya odioso sino insensato a su vez. Hay algo concreto, real y palpable. Silvia y Mirtha son dos vidas lógicamente independientes. Cada una lleva un objetivo a cumplir, un destino a realizar, y no dudamos que el éxito que pueda obtener cada una de ellas en su respectivo empeño será siempre un motivo de alegría, de felicidad para la otra. No hay rivalidad entre ellas, aunque se la hubiese admitido en su forma más noble, y ambas realizan su carrera con la suerte, siempre varia, que su tipo de actividad depara. Mirtha Legrand es la protagonista de uno de los mejores éxitos cinematográficos del año, “La patota”. Silvia, después de una incursión no muy feliz a través de tres películas —“Campo arado”, “El bote, el río y la gente” y “Los acusados”—, aunque dejó bien señalada la fuerza de su máscara dramática, encontró en la televisión un medio de comunicación con el público que le ha permitido jerarquizar el prestigio de su nombre.
Este triunfo firme, indiscutible, de Silvia y Mirtha Legrand, invalida, pues, los rumores de esos espíritus mezquinos.

Revista Platea
21.10.1960
 

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