Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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VESTIDO
DE GAUCHO GRABO TANGOS DIZZY GILLESPIE EN ese mundo juvenil, entusiasta y casi siempre trepidante de los aficionados a la música de jazz, produjo verdadera sensación un acontecimiento reciente y que por mucho tiempo ha de permanecer grabado en el recuerdo de los innumerables amantes de la expresión musical más característica de los Estados Unidos. Nos referimos a la visita del célebre trompetista Dizzy Gillespie al frente de su notable agrupación. Fué breve, pero dejó intensas huellas en el espíritu de los afectos al jazz, la presencia .del singular artista fe color en nuestro medio. Sus ejecuciones, impecables, vibrantes y de un estilo personalísimo, fueron seguidas con vivo interés y hasta con unción —¿por qué no decirlo?— por aquella masa juvenil que está al día con las novedades que se producen en el cambiante panorama de la música popular del inmenso y poderoso país del Norte. La radio y las salas de espectáculos fueron los vehículos del arte y de las verdaderas proezas musicales de este instrumentista excepcional. TRIBUTO AL TANGO Como se sabe, Dizzy Gillespie vino al país bajo los auspicios de la Academia Nacional del Teatro Americano (ANTA), dependiente del Departamento de Estado de la Unión. Ello significa que el artista tiene una misión de divulgación y de acercamiento cultural. En ese sentido, Dizzy Gillespie quiso asociarse a un homenaje a la expresión más difundida de nuestra música popular. De ahí que haya accedido a grabar algunos discos en compañía del maestro Osvaldo Fresedo, en ese acercamiento de la música popular norteamericana y de nuestra música típica. El celebrado trompetista, simbólico gesto de amistad y admiración por las cosas nuestras, se presentó en los estudios de grabación luciendo el típico traje gaucho. En verdad ello no hacía falta, pero de todos modos el gesto de Dizzy Gillespie, sincero por lo demás, fué risueña y benévolamente comentado por todos aquellos que asistieron y participaron en la labor de grabación, como lo será sin duda por el amable lector, que no ha de ver en esto más que un homenaje más a las cosas nuestras. Dizzy Gillespie dejó un grato y simpático recuerdo; el que se lleva él en lo que resta de su gira mundial, no ha de ser menos hondo y afectuoso. Pie de fotos -El famoso trompetista Dizzy Gillespie consulta con el maestro Osvaldo Fresedo la partitura que momentos más tarde habrán de grabar ambos, un deseo de mutuo acercamiento de la música popular de los Estados Unidos v nuestra música típica -Fué viva y simpáticamente comentado, el gesto de Dizzy Gillespie al aparecer en los estudios de grabación luciendo el clásico atuendo de nuestro gaucho, actitud del artista norteamericano que debe interpretarse como un sincero homenaje a las cosas características de nuestro país. Revista Radiolandia 25.08.1956 |