Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

PEQUEÑO RECORDATORIO ECONOMICO
LA DEUDA EXTERNA

Escribe
Arturo Jauretche
jauretcheEn 1956, a solo tres meses de la Revolución Libertadora, publiqué EL PLAN PREBISCH, retorno al coloniaje, que tuvo una segunda edición en 1969 estando en preparación la tercera. Mucha agua ha pasado bajo los puentes y aún la misma gente informada y los partidarios de gobierno depuesto han olvidado con frecuencia hechos que allí se costataron, aturdidos por el estruendo reiterado del aparato de la colonización pedagógica que constituye las mentiras históricas por la reiteración constante de sus falsedades y la incorporación de la misma a la literatura escolar o cuasi escolar.
Así ocurriría, por ejemplo, con la inflación (que la imputaría en el pasado) si no fuera que ésta da un golpe todos los días y por más que se quiera tapar el cielo con un amero no es posible evitar la comparación entre el precio de 1955 del dólar, o cualquier moneda extranjera, y la actual, treinta o cuarenta veces superior, aun olvidando que el grueso de la posición de dólares de la República se daba a un cambio más bajo, para la importación de artículos esenciales.
Los monetaristas decían entonces, y siguen diciéndolo, que lo que hay que arreglar es la cuestión monetaria y la verdad es que en los 17 años que llevan de gobierno, afortunadamente “solo han arreglado la cuestión monetaria", ¡gracias a Dios!
A pesar de la disminución del porcentaje de la renta correspondiente a los trabajadores en un 20 por ciento, y la enajenación al extranjero de gran parte del sistema bancario e industrial del país no han sido tan eficaces para arreglar la cuestión económica.
Este es el milagro que origina el gobierno de estos tecnócratas de pacotilla: que han montado una crisis financiera sin haber podido, a pesar de lo que han hecho, crear una crisis económica de parecida magnitud.
¡Tan poderosa es la salud del país que tales médicos no han podido terminarla!
En ese trabajo mío de 1955, esto de la inflación desbocada está previsto, como están previstas las enajenaciones del patrimonio nacional, las pérdidas de mercados y toda la secuela de calamidades que han ido sucediendo a medida que los expertos y su pensamiento llegaron al manejo de las finanzas y la economía del país.
Pero mi propósito de estas notas no es reactualizar in totum lo dicho entonces y los pronósticos formulados. Es simplemente extraer de lo que dije entonces algunos datos para refrescar la memoria de los lectores.
En la página 35 de la segunda edición señalo el monto de las repatriaciones efectuadas durante dos años, 1946/48, y digo:
“Las cancelaciones de deuda externa y la repatriaciones de inversiones extranjeras alcanzaron entonces a la extraordinaria cantidad de 1.019 millones de dólares, que al cambio vigente entonces ($ 335 los cien dólares) importó 3.423 millones de pesos que se computan así: Ferrocarriles ............. 2.055 millones
Empréstitos nacionales ........ 623
Empréstitos provinciales. 334
Unión Telefónica ........... 331
Debentures de Unión Telefónica........ 40
Servicios de salubridad .......40
Total de la repatriación 3.423
Se ha hecho la crítica y también la hizo Prebisch de esta inversión en cuanto a la compra de los servicios públicos pretextando que hubiera sido mejor inversión darle otro destino. La falacia de esté argumento es fácilmente demostrable, pero la dejo para una nota particular que haré más adelante, pues la nota de hoy está destinada a una sola cosa. A cotejar la situación deuda pública externa 1955, a 9 años y pico del gobierno peronista y la misma después de 16 años de gobierno libertador, es decir entre la deuda pública externa cuando dejaron de gobernar los incapaces y la deuda pública externa cuando los inteligentes se encargaron de manejar la economía y las finanzas.
El hecho es éste: al 16 de setiembre de 1955 no se debe un centavo en el exterior porque no hay deuda pública y no hay servicio de inversión. Ahora, en cambio, la deuda pública excede los 2.000 millones de dólares y su servicio, al que hay que agregar el importe de utilidades y derechos a remitir por los inversionistas importa un pasivo de varios cientos de millones anuales que es el que desequilibra nuestra balanza de pagos.
Usted mismo lector que no es gorila: recuerda esta situación para compararla con la actual. ¿O el tamborileo de la organización colonizadora ha logrado hacérselo olvidar, desdibujarlo o crearle una situación dudosa? Y fuera de usted; ¿sus hijos, sus nietos, las nuevas generaciones lo saben? Tal vez piensan bien políticamente pero dan por aceptado este supuesto pasivo de la acción del gobierno peronista.
Es necesario, pues, actualizarse. En 1943 el 37,8% del valor de nuestras exportaciones tenían como destino la transferencia a los servicios financieros del exterior. Después de 1948 ni un centavo. Después de 1955 vuelve un porcentaje en vertiginoso crecimiento que ahora supera en mucho el de 1943.
Nadie ha podido contestar estos datos y el aparato de la propaganda colonizadora no teniendo respuesta los calla. Recuerde usted lector para recordarlos a los que lo olvidan. Los nacionales no tenemos otro recordatorio que nuestra memoria, nuestras voces y las escasas páginas como éstas en que escribo. ♦
DINAMIS • Nº 38 • NOVIEMBRE DE 1971
 

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