Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Mónica presenta
SI QUIERE CONOCER LOS SECRETOS DE "MONICA PRESENTA", EL PROGRAMA DE MAS RATING DE LA TV ENCIENDA ESTA PAGINA

Los ritos iniciales
PERSONAJE NUMERO 1: Mónica María Elina Cahen D’Anvers. O Mónica, simplemente.
A las 7 de la tarde de todos los días (menos sábados y domingos) entra en la sala de maquillaje de Canal 13. La hora es parte del rito. Porque ella nació un 7 de noviembre (1935) en un 7º piso de Parera 77, la operaron 7 veces y se mudó 7 veces. Ya frente al espejo se da cuenta de que jamás será flaca y alta, como soñaba. Se ve —y así lo dice— “petisa y redonda”, y casi entiende por qué sus parientes, cuando era chica, al ver sus piernas, le decían Pedernera. Su metro 61 y sus 53 kilos se relajan en la silla mientras la maquiladora empieza su trabajo. Fuma un cigarrillo más. Uno de los treinta que por día convierte en humo. A pesar de vivir su año 11 como periodista y su año 17 detrás de las cámaras, no puede impedir los nervios. Toma apuntes, hace rayas en un cuaderno, se mira una vez más la ropa que ha elegido a su manera: “Un desastre. En lugar de tener en cuenta el programa tengo en cuenta el frío, el calor o la lluvia”. A pesar de esos nervios es posible interrumpirla (seguramente en ese momento hace mohines y sacude su pelo color ceniza, un arma de seducción, según confiesan sus entrevistados) y preguntarle por sus virtudes y por sus defectos. Y dirá.
Virtudes y defectos del personaje número uno
•Soy dúctil y ocurrente.
•Me visto sin tener en cuenta los colores que “dan” bien en televisión.
•Respeto a los entrevistados y no intento taparlos.
•Gesticulo mucho y el director de cámaras se enoja.
•No intento ser una estrella. Soy una periodista.
•No pude entrevistar a Brigitte Bardot ni a John Travolta.
•Me muestro tal cual soy: no fabrico imagen.
•A veces, en cámara, me quedo en blanco, me distraigo con la charla del entrevistado.
•Soy muy adaptable. Puedo volar de La Quiaca a Indonesia sin protestar y sin complicarme la vida con las valijas: las hago en media hora.
•A veces me falta profundidad y agresividad en las notas.
•El programa lleva mi nombre, pero es una democracia: todas las opiniones valen. El único dictador que reconocemos es Eduardo Metzger, el productor. El hombre que nos impide caer en la anarquía.

PERSONAJE NUMERO 2: Roberto Maidana.
A las 7 de la tarde de todos los días (menos sábados y domingos) entra en la sala de maquillaje de Canal 13. Llega peinado. Lo único que tienen que hacer Celia, Delia, María Cristina o Beatriz es ocultarle alguna arruga o taparle la barba si ese día no ha tenido tiempo de afeitarse. En su caso bastan cinco minutos de pasadas con Pan Cake o Pan Stik. A él no se lo comen los nervios, no. Según todos los testigos, “entra al estudio como si fuera el dueño del Canal. Dirige las cámaras, controla la ubicación de todos los elementos, camina constantemente sin dejar de masticar chicle que después tira en los rincones o detrás de los muebles. Lee muchas veces el “machete” que ha preparado un rato antes, y que le sirve como guía para su entrevista. Y además mira el reloj sesenta veces por minuto.
Frente al espejo rememora su record: desde septiembre de 1977 hasta hoy, sólo para Mónica Presenta, voló 278 horas, repartidas entre Estados Unidos, Italia, Alemania, Israel, Grecia, República Dominicana, Bermudas, Japón, China y Argentina (Mar del Plata, Chubut, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos).
Quizá en ese momento sea posible hacerle algunas preguntas a quemarropa. Y dirá.
Preguntas a quemarropa para el personaje número dos
•¿Mónica?: —Una trabajadora descomunal. El alma del equipo.
•¿Mascetti?: —Profesional. Capaz. El más serio de todos. Elabora mucho.
•¿Di Núbila?: —La sorpresa. Un hombre de espectáculos, pero capaz de resolver cualquier nota. Muy bien en el caso Moro.
•¿Rodríguez Paz?: —El benjamín, el más nuevito. Un libero. Por ahora hace cabotaje, pero pronto va a cruzar el Ecuador.
•¿Su mejor nota?: —La llegada de Sadat a Jerusalén. Trabajé de asalto, sin credenciales.
•¿Trago amargo?: —En Roma nos abrieron el baúl del auto y nos robaron la cassetera. Perdimos días enteros de trabajo.
•¿Amuletos?:—Una carterita de cocodrilo que me regaló mi mujer. Siempre la llevo vacía.
•¿Idiomas?: —Inglés, francés, italiano y portugués.
•¿Lugar inolvidable?: —Florencia. Por todo.
•¿Competencia con Mónica?: —Cada uno sabe qué sabe, qué no sabe y cuánto puede dar.

PERSONAJE NUMERO 3: César Mascetti.
A las 7 de la tarde de todos los días (menos sábados y domingos) entra en la sala de maquillaje de Canal 13. Como casi siempre, se ha vestido con pantalón gris, camisa celeste, blazer azul. En parte por gusto y por rutina, en parte para evitar los blancos o los amarillos, que en televisión “dan” mal, lo mismo que los sacos a cuadros: pero los sacos a cuadros son un pecado que él no cometerá nunca. Frente al espejo juguetea con una lapicera: “la línea de fuga de los nervios”. Se mira y reconoce todavía al hombre (o casi al chico) tímido y bloqueado que fue en los principios, y sonríe. Sonríe porque piensa en la treta que usó para desbloquearse, y aque hora confiesa: “Pensaba que estaba hablando sólo para la gente del estudio, no para millones de personas”. Y ahora es posible pedirle memorias, autocríticas, reflexiones. Y dirá.
Memorias, etcétera, etcétera, del personaje número tres
“Mónica es infatigable y tiene un magnetismo formidable para atraer a la gente. Roberto toca una cuerda casi imposible: el humor. Es mi maestro. En general, ellos dos, Di Núbila, Tico y yo hacemos un acople perfecto. Y algo importante: no nos peleamos por estar ante las cámaras. ¿Mi mejor nota? Milton, un brasileño que caminaba con una cruz al hombro para cumplir una promesa ¿Fracasos? En el partido Argentina-Francia llegué hasta la puerta del vestuario para entrevistar a Luque y Alonso. De pronto los tuve apenas a unos metros. Pero alguien dijo “no entra”, y no entré. Tampoco pude entrevistar a Grace Kelly y Rainiero de Mónaco en las Islas Galápagos. ¿Peligros? Dos días perdido en el Amazonas mientras hacía una nota a los cazadores de yacarés. ¿Cómo soy? Adaptable. Ni maniático por el orden ni ordenado a ultranza. Perfeccionista. Puntilloso. No fumo, pero siempre tengo un cigarrillo apagado entre los dedos: esa trampa me permitió dejar los cincuenta o sesenta que fumaba por día. ¿Polémica? Mi poca risa. Yo no me reía nunca. Y a veces decían: ‘No. Mascetti no porque no se ríe’. Finalmente entendí que risa es también comunicación. Hoy, por lo menos, sonrío. . .”

El programa
Si alguien entra de golpe en el estudio cuando Mónica Presenta está a punto de empezar, puede creer que se ha vuelto loco. Porque verá a Maidana, por ejemplo, moverse de una punta a la otra mientras repite:
• “Voy en cámara uno”. (Es la cámara que le corresponde. Las cámaras se identifican con números).
•“¿Venimos?”. (Frase clásica. Quiere decir: ¿Empieza el programa?).
•“Vamos con una venta”. (Los adelantos de las notas que se verán durante el programa).
•“¿Y la jirafa?”. (El micrófono que maneja el sonidista).
•“¿Alguien me puede decir qué hacemos hoy. . . Va el Topo. . . Adonde está Di Núbila. . . Viajó Rodríguez Paz. . . Algún día se podrá hacer el programa sin todos estos balurdos. . .?”
Y cuando el visitante descubra que no se ha vuelto loco, que todo, en realidad, sucede, puede pensar que Mónica Presenta (24 puntos de rating —el mayor de hoy en televisión—, vencedor de Bonanza y de Mujer Maravilla) es un caos. Sin embargo, es —nada más, nada menos— un formidable desorden organizado. Que se puede explicar a través de ciertos secretos.

Los secretos del fenómeno
Una ficha técnica puede decir, con exactitud, que además de Mónica, Maidana, Di Núbila, Mascetti y Tico Rodríguez Paz, hay un productor ejecutivo (Eduardo Metzger), un productor periodístico, un secretario de redacción, dos corresponsales en Estados Unidos (Nueva York y Los Ángeles), tres en Europa (París, Roma y Madrid), tres cameramen, dos choferes y un cadete. También que todo se arma en ocho oficinas separadas por tabiques de madera clara, donde hay cortinas azules y pisos grises. Y que todas las mañanas a las 11 se reúne el equipo para decidir qué notas van, quién viaja, adonde viaja. Una discusión que sube de temperatura y que incluye —como es saludable en toda redacción— gritos, nervios, discusiones y hasta un puñetazo en el escritorio.
Pero eso no bastaría para definir el fenómeno. Los secretos son otros. Por ejemplo, éstos:
•“Mónica Presenta es una revista. Una revista visual (dice su productor). Los títulos de las notas van como los títulos de la tapa de una revista.”
•“El programa es espontáneo. Pero esa espontaneidad está pensada desde el principio hasta el final. Detestamos la improvisación.”
•“Mostramos el país y el mundo. Pero nos espanta mostrarlos con una cámara turística, una cámara que recoge paisajes: si vamos al Canal de Panamá, le hacemos una nota al señor que abre las esclusas. Y si no lo conseguimos, la nota no va.”
•“Este fenómeno empezó con Telenoche. Antes, los noticieros se hacían con frac. Nosotros lo hicimos en jeans. Terminamos con el Acartonamiento.”
•“Nunca nos damos por vencidos. Leloir nos puede decir que no diez veces, pero si insistimos veinte veces más tal vez acepte la nota. Con ese método nos proponemos hacer a Jonas Salk, el más difícil de los científicos, por lo menos para los periodistas.”
•“El ochenta por ciento de la vida de Mónica y sus compañeros está dedicada al periodismo. Y ninguno de ellos se arrepiente. Una clave decisiva para que las cosas salgan como salen.”
•“Mónica, César, Roberto, Domingo y Tico son amigos fuera de las cámaras. Comen juntos, van al cine, se visitan. Eso también tiene que ver con el éxito en cámara.”
•“Quisimos hacer un programa-verdad. Lo conseguimos.
•“¿Filosofía? Esta: mostrar personas antes que hechos, y mostrarlas totalmente. Producir cada nota, no dejarla librada ‘a lo que salga’ (excepto que sea una nota urgente, de pura actualidad). Adornar
bien la torta (la torta es el personaje. Y adornarlo significa mostrarlo en todos sus matices).”
•“No más de veinte personas. No menos. Y una inteligente elección de los periodistas.”
•“Algo para recordar: nuestra primera emisión vía satélite fue el caso del Hijo de Sam, desde Nueva York. Y también nuestro rating record: 24,5 entre marzo y abril.”
•’’Nuestro lema: aquí no hay notas imposibles. Desde una de las oficinas lo llamamos por teléfono a Nixon. Por supuesto, no nos atendió. Pero lo intentamos. ¿Y si salía? Con este método, los éxitos siempre superan a los fracasos.”
•“¿Video Show? Es otra cosa. Una cosa totalmente diferente a Mónica Presenta. Y en su tipo es un programa líder.”
•Los dos mejores amigos: el helicóptero y el avión.

El hombre que revela estos secretos es Eduardo Metzger, el productor de Mónica Presenta. El “dictador que evita que la democracia se vuelva anarquía”, como dice Mónica. Tiene 34 años. Casado. Cuatro hijos. Estudió abogacía hasta que entró a trabajar en el Departamento de Contrataciones de Canal 9. Desde 1966 produjo Sábados Continuados, Domingos de mi Ciudad, Tele-Show y La Casa de Canela. Como los periodistas, entre ellos, suelen tirarse flores (“Si me leés te leo”, dice un viejo adagio periodístico), es justo, ahora, dejar que Metzger hable de su equipo:
•Mascetti: limpio, serio, talentoso. Pero puede dar mucho más.
•Maidana: más que una necesidad es una obligación. Es un libero. Una verdadera figura.
•Di Núbila: gran trabajador, detallista, inteligente.
•Rodríguez Paz: hace sencillas las cosas más difíciles.
•Mónica: la tapa, la cara del programa. Incansable. “Tiene” que estar. Es otra obligación. Aunque se queje y diga que es el “Che Pibe”, o el petiso de los mandados.
A las 8 en punto de la noche los cinco salen de la sala de maquillaje de Canal 13. Caminan por un largo pasillo y entran en el estudio. A las 9 en punto se enciende la luz roja. Mónica Presenta, 24 de rating, está en el aire.
Revista Gente y la actualidad
27/7/1978
Mónica presenta
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