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PERONISMO Cámpora frente a la violencia La pasada fue una semana donde la preocupación por la acción directa ocupó buena parte del tiempo de los máximos estrategas peronistas. La oleada de atentados y acciones comando que se sucedieron en la última semana volvieron a poner sobre el tapete la posibilidad que pudieran desvirtuarse los efectos del comicio del 11 de marzo. Especialmente, las preocupaciones de la conducción peronista aludió al ingreso indiscriminado de los golpes violentos en la lucha interna justicialista. Así, la bomba colocada en Rosario en la casa de la familia Conteste, que produjo la muerte de la madre del abogado Luis Conteste, candidato a diputado nacional por el Frente Justicialista, fue interpretada como proveniente de alguna mano externa al movimiento. Conteste es el jefe rosarino del grupo Demetrios, un sector de la juventud que se identifica con posiciones centristas en el espectro justicialista. Un comunicado pretendía atribuir el hecho a los Montoneros. Sin embargo, Conteste ha sido defensor de varios imputados de pertenecer a dicha organización miliciana. Al mismo tiempo, las bombas colocadas en diversos locales partidarios que apoyan la fórmula Begnis-Cuello indujeron a interpretar —siempre de acuerdo al peronismo— que la acción era responsabilidad de sectores ultra-derechistas. El secretario general peronista, Juan Manuel Abal Medina, envió especialmente a Rosario, el viernes 30, a su secretario privado Horacio Maldonado. Junto al diputado electo Diego Muniz Barreto, contribuyeron a consolidar la unidad peronista apuntalando la difícil gestión del interventor Luis Sobrino Aranda, en un distrito donde el neoperonismo —encabezado por el capitán Alberto Campos— sostiene una fuerza respetable. De calidad distinta fueron interpretados tanto -la bomba colocada en el edificio Libertad —sede del comando en jefe de la Armada— como el secuestro del contralmirante Francisco Aleman. Ambos hechos, atribuidos al Ejército Revolucionario del Pueblo, volvieron a ubicar en tapete el espinoso tema de la perspectiva con que el ERP asume el hecho del nuevo gobierno peronista. La euforia operativa de la organización troskista y, especialmente, su acción dirigida contra la cúpula de la institución militar, era observada como posible detonante de acciones represivas en vasta escala contra el peronismo. La actitud intransigente de las brigadas comandadas por Roberto Santucho era objeto de especial estudio por la dirección justicialista. Obviamente, el secuestro de Aleman fue la acción guerrillera que preocupó: el resto de los golpes entran en el marco de la "normalidad" —se dice— de un país donde opera la guerrilla urbana. Un enfrentamiento, un desafío al poder militar constituido es —obviamente— otra cosa. LA ORIENTACION. La llegada de Héctor Cámpora al país no aclaró las perspectivas de orientación del futuro gobierno. Con prudencia, el flamante presidente electo se recluyó con sus asesores en un impenetrable marco de aislamiento de trabajo. Su accionar público se manifestará en la breve campaña de la segunda vuelta. En ese tema, la dirección local justicialista está dispuesta a emplear todas sus fuerzas para consolidar su victoria, retener una provincia clave (Córdoba) y aplastar —o procurar hacerlo según los casos— al neoperonismo por ahora victorioso en Santiago del Estero y Neuquén. El regocijo del peronismo por la realización de segunda vuelta en Neuquén era notorio el pasado lunes 2. Aunque se supone que Felipe Sapag volverá a ganar la partida, el segundo comicio permitirá —se interpreta— un desgaste decisivo de sus posiciones electorales. El viernes 6, jornada en la que se iniciará la gira por ocho provincias, el primer punto a tocar será, precisamente, la provincia sureña. Cámpora, Abal Medina y quizá Rodolfo Galimberti, procederán a atacar las posiciones de El Turco prosiguiendo luego un periplo que tocará San Luis, San Juan, Mendoza, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y se cerrará el jueves 12 con un gran acto probablemente en el estadio de Huracán. LA PROVINCIA ENREDADA. La niña bonita del ballotage es, sin duda, Santiago del Estero. Allí Francisco Bustos, candidato de la ortodoxia, tiene nueve mil votos menos que Carlos Juárez. Este último, socio de Juan Luco y Carlos Armesto, cuenta con el apoyo más o menos abierto del gobernador Carlos Yensen Viano, un discípulo de Horacio Sueldo. Juárez pudo concurrir a los comicios con dos boletas presidenciales adheridas a la propia provincial. En una figuraba la dupla Cámpora-Lima y en la otra Alende-Sueldo. Los electores encontraban las dos boletas en el cuarto oscuro. Por si esto fuera poco, los juristas consiguieron un fallo del Tribunal Superior de Justicia de la provincia que proclamaba "inconstitucional” el ballotage y proclamaba vencedora a su fórmula. La resolución generó la indignación de todos los partidos locales, incluida la UCR. Finalmente, pese al paseo de último momento de Yensen Viano por Buenos Aires, el gobierno decidió apelar ante la Corte Suprema la decisión de la justicia santiagueña. Si se da la segunda vuelta, como todo lo hace prever, la delegación justicialista encabezada por Cámpora se tomará el tiempo necesario como para batir a la heterodoxia juarista. Entre otras cosas, llegará el verdadero Abal Medina para desplazar un falso profeta que, invocando su nombre, aseguraba en las tribunas juaristas que el candidato oficial del peronismo era precisamente el impugnado. Por otra parte, los peronistas locales están furiosos por la difusión que el disidente había dado a una supuesta carta de Perón —fechada en París— donde el Líder aconseja sufragar por el rebelde. En Santiago, como en Santa Fe, el Partido Comunista apoya a la fracción neo, precisamente un sector caracterizado por su rígido anticomunismo: paradojas de los acuerdos políticos. Por su parte, Córdoba marcha, según la conducción táctica, por la buena senda: se espera obtener la victoria el domingo 15. Más allá de la segunda vuelta, la situación de los detenidos políticos mereció una atención especial de los dirigentes frentistas. Una delegación de electos, abogados y candidatos, compuesta por Marcelo Sánchez Sorondo, Julio Mera Figueroa —diputado nacional por Salta— y Mario Hernández, entre otros, visitará al comandante del Cuerpo V de Ejército, general Jorge Raúl Carcagno. Buscarán mejorar las condiciones de vida del penal de Rawson. Paralelamente a estas gestiones, se produjo la visita del Frejuli, encabezado por Vicente Solano Lima y Juan Manuel Abal Medina, a la Cámara Federal en lo Penal. De inmediato ![]() LA REAPARICION DE GALIMBERTI. A mitad de la semana pasada el delegado nacional de la Juventud Peronista, Rodolfo Galimberti, se presentó ante la Cámara Federal en lo Penal. Absuelto en un proceso, dictada la prisión preventiva y la excarcelación en el otro, Galimberti tornó a desplazarse con libertad por Buenos Aires. El retorno del Tano fortalece la presencia de la Juventud Peronista en la “super-estructura”, como se denomina en la joven jerga justicialista a las actividades en la cúpula. De tal modo, la batalla por las áreas de poder podrá efectivizarse con mejor suerte para los partidarios del socialismo nacional. También se presentó a la Justicia Militar el teniente 1º Francisco Licastro. LOS JUEGOS SINDICADLES. La convocatoria del Congreso Extraordinario de la CGT para el 27 de abril provocó todo tipo de conjeturas dentro y fuera del peronismo. Algunas versiones estimaron que el cónclave podría determinar la disolución de las 62 Organizaciones y la constitución de la CGT como rama orgánica del peronismo. Aparentemente, los planes de reorganización movimientista no contemplan esta perspectiva, sino la permanencia de las "62” con la ubicación de Lorenzo Miguel al tope del dispositivo. El jefe nacional de los metalúrgicos, conviene recordarlo, no siempre piensa como el secretario general de la CGT. Por su parte, el secretario general peronista, Abal Medina, concurrió a mediados de la semana pasada a un asado realizado en la sede de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que regentea Alberico González. En tanto, el gremialismo combativo procura obtener la convocatoria movilizadora de todos los cuerpos orgánicos del movimiento obrero para impedir "un golpe de Estado de último momento que impida la entrega del poder”. La habilitación de las oficinas centrales del peronismo —Tucumán y Florida— se producirá a partir de la semana próxima con la presencia de Héctor Cámpora y sus asesores directos. Después del 15, el panorama justicialista se despejará totalmente. Entonces viajarán el presidente electo, Abal Medina, Miguel y Galimberti a Madrid para realizar el último cónclave peronista en el exterior antes del 25 de mayo. Para esos días, Puerta de Hierro se habrá mudado a Vicente López. |
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MADRID Más allá de la Puerta de Hierro ![]() El séptimo viaje a Madrid de Héctor Cámpora desde que, en noviembre de 1971, fuera nombrado delegado personal de Juan Perón, fue el más breve de todos: permaneció sólo cinco horas en la capital de España. Fue, también, el de más larga y laboriosa gestación. Una entrevista en Buenos Aires con el embajador Sebastián de Erice, preparada por intermedio de Tulio Jacovella, y otra de Perón en Roma con el embajador Joaquín Jiménez Arnau, prepararon el camino. El canciller Gregorio López Bravo, en unas declaraciones a la televisión, repitió públicamente lo que los dos embajadores habían explicado en privado: "España ve en un jefe de Estado al presidente de todos los ciudadanos de ese Estado, mucho más que a la persona”, dijo quitando carga al peso muerto de la visita de Lanusse. “El doctor Cámpora sabe que será bien venido y tratado con los honores que le corresponden”, añadió. La invitación fue aceptada a último momento, sólo 48 horas antes de viajar a Madrid desde Roma. En el Palacio de Santa Cruz los funcionarios comenzaron inmediatamente a preparar la acogida al presidente electo, un protocolo que no les resultaba inédito, pues recientemente habían visitado el país en condiciones semejantes, aunque sin tantas urgencias e incógnitas, el colombiano Pastrana Borrero y el costarricense José Figueres. España está decidida a no quedarse atrás de Italia en la competición entablada en la recta final de la larga marcha del justicialismo hacia el poder. Por eso, cuando a las 12 y cuarto del pasado sábado el doctor Héctor Cámpora llegó a Barajas, fue recibido en la pista por el canciller López Bravo, mientras un batallón de la Aeronáutica le rendía honores militares, dándosele así un rango protocolar superior al concedido por el gobierno italiano durante la visita a Roma. El doctor Cámpora no borró un solo momento su amplia sonrisa mientras saludaba y abrazaba a las personas que lo esperaban en la "Sala de Autoridades” del aeropuerto de Barajas; pero un par de amigos íntimos creyeron ver en él una fuerte tensión. Allí se encontraban el embajador Jorge Rojas Silveyra, el ministro consejero Manuel Gómez Carrillo (autor de la Marcha de la Libertad), Juan Carlos Galardi, Jorge Antonio, Héctor Villalón, Mariano Tedesco y una delegación de petroleros que se dirigía a una reunión de la OIT, en Ginebra. Los funcionarios de la Cancillería, para obviar molestias innecesarias a Juan Domingo Perón y a Isabelita, los introdujeron en una silenciosa sala en penumbra, mientras el doctor Cámpora, a la luz de los sofocantes focos y flashes de los reporteros, formulaba, en otro salón contiguo, algunas declaraciones. "Como presidente de la República, tendré una preocupación constante en acrecentar las relaciones entre España y Argentina". Al concluir la breve conferencia de prensa, el canciller López Bravo, que lo acompañaba, se acercó a Perón para reiterarle que Franco lo esperaba a él y a su esposa, junto con Cámpora, en el Palacio del Pardo. Cuatro automóviles negros, escoltados por dos autos de los miembros de la Brigada Social que han protegido a Perón en los 13 años de exilio madrileño, recorrieron los 30 kilómetros que separan el aeropuerto de la residencia de Franco, mientras fuerzas de la policía y la Guardia Civil les rendían honores a lo largo del trayecto. Se había previsto que la entrevista durara escasamente 30 minutos, teniendo en cuenta que coincidía con la hora del almuerzo y que tanto Perón como Franco, formados en la severa disciplina militar, no gustan de alterar sus rígidos horarios. A pesar de la brevedad se le concedía un singular relieve: era la primera vez que se encontraban frente a frente Perón y Franco, dos políticos que durante 13 años han sido vecinos, viviendo uno y otro en los aledaños del bosque del Pardo, pero que hasta ese instante nunca se habían dirigido la palabra. Esa incomunicación —no ignorancia— de ambos ha tenido una cierta grandeza. La frialdad de la razón de Estado y de la política se habían impuesto al deseo, o al menos a la curiosidad, que habrán sentido más de una vez, en tan largo tiempo, por conocerse y confiarse secretos comunes de episodios en los que ambos desempeñaron un papel decisivo. Pero a las dos de la tarde proseguía la conversación en el despacho de Franco. Según se comenta en los medios diplomáticos, el caudillo habría recordado la visita de Eva Duarte en 1948, "a quien el pueblo español brindó la más calurosa acogida dada jamás a un visitante extranjero”. Por su parte, el canciller López Bravo habría dado a conocer la forma y los motivos como se gestó el crédito otorgado en diciembre último por España para el desarrollo naval argentino: “Nosotros hemos tenido siempre confianza en la Nación Argentina. Cuando, hace unos meses, nadie creía en el futuro del país, concedimos un crédito, por valor de 140 millones de dólares, no en beneficio de una persona o de un grupo de personas, sino como una prueba de la fe que teníamos en el futuro del país. Y entonces, al tratar el tema en Consejo de Ministros, tuvimos en cuenta el precedente del protocolo Perón-Franco. En 1947, en un momento difícil para España, el gobierno argentino nos ayudó. Ahora que nuestra economía es sólida, respondimos favorablemente a una petición que se nos hizo, porque somos agradecidos”, habría dicho. Al despedirse, Franco invitó al doctor Cámpora a visitar oficialmente España en cuanto asumiera el mando. El presidente electo aceptó la invitación, pero postergándola a irnos meses más tarde, una vez resueltos los problemas de gobierno más urgentes. Eran las dos y cuarto de la tarde cuando entraron en la quinta "17 de Octubre”. Allí les esperaban los periodistas. Los caniches saludaron alegremente a Perón, que jugó con ellos en el vestíbulo antes de entrar a la casa. "Discúlpenme muchachos; pero hace una semana que no me bajo del caballo”, dijo a los periodistas con voz ronca. Cámpora comentó la cordialidad de la entrevista que acababan de mantener y expresó su propósito de abrir de par en par las puertas a la inmigración italiana y española "una vez que hayamos resuelto el problema del millón y medio de desocupados". Un gigantesco plan de obras públicas, con la ayuda del capital europeo, se pondrá en ejecución en cuanto asuma el gobierno, para poner fin al paro. Perón, de nuevo dueño de casa, se asomó en mangas de camisa y llamó a Cámpora recordándole que la mesa estaba servida. Iniciaron entonces la última de las conversaciones, que se prolongó casi tres horas. Cuando el presidente electo llegó al aeropuerto hacía ya largo rato que en la pista esperaba un birreactor Mystere en el que, en vuelo especial, regresaría a Roma y, en la puerta, lo aguardaba el canciller español. "Lo esperamos en Buenos Aires para el 25 de Mayo", dijo Cámpora. Más que una invitación fue una orden, que el gobierno español acogerá gustoso. "Y a usted lo esperamos hasta la próxima vez; ya sabe que ésta es su casa", contestó López Bravo. El presidente electo no se hará esperar. A fines de abril o primeros días de mayo Volverá a encontrarse con Perón, La corta ausencia no impidió que, al despedirse, los ojos de ambos se empañaran en lágrimas, al confundirse en un fuerte y largo abrazo. |
RADICALES
La UCR se abstiene y se preocupa ![]() La tesis abstencionista, mantenida a ultranza por los sectores balbinistas y su líder, tuvo clara expresión a principios de la semana, cuando Balbín, en una audición radial, declaró que "antes que triunfar para reconstruir antinomias, prefería perder para conservar la paz". La frase fue esgrimida a lo largo de cinco días como anticipo de la firmeza de la posición del sector, discutida por el unionismo de la Capital. El concurrencismo encontró sus mejores apoyos en Julián Sancerni Giménez, Raúl Zarriello y el dirigente correntino Roberto Billinghurst, quien fue, el viernes, el único que votó en contra de la abstención. Para sus partidarios, la victoria abrumadora del abstencionismo significa un claro indicio de la consolidación de Ricardo Balbín en la dirección del partido. Para los observadores, la situación tenía una curiosa característica: la victoria de Balbín fue obtenida a costa de sus antiguos aliados en la lucha contra Raúl Alfonsín, es decir, los unionistas capitalinos. Siempre en el orden interno, la asistencia a la reunión de tres miembros de la mesa directiva de la Convención Nacional —su presidente, Rodolfo Parente, un vicepresidente, Luis Arias, y el secretario, Ramón González— habría sido un éxito de Balbín, que incluyó en la resolución abstencionista a la dirección de la asamblea partidaria. El rionegrino Luis Arias, que sustentaba, junto a Carlos Perette, una postura concurrencista, se decidió como éste por la abstención en el último tramo de la conferencia. UN ATAQUE DE FLANCO. Poco después que el comunicado en que se informaba de la abstención de la UCR comenzara a circular, una información periodística puso en estado de alarma al Comité Nacional. La noticia —que llegó rápidamente a las páginas políticas de los diarios porteños— aseguraba que Ricardo Balbín se entrevistaría con Juan Perón en Madrid el 5 de abril. El sábado 31 fue un día áspero para el jefe de prensa del Comité Nacional, Rafael De Stéfano, quien propaló, en un idioma breve y categórico, la desmentida radical, atacando —al especificar que se trataba de "una agencia noticiosa europea”— el origen político de la noticia. Los radicales no dudaron en catalogar como “un ataque de flanco" la escalada informativa. Un nombre, incluso, fue pronunciado con ira: el de Gian Carlo Elia Valori. Es que, para los dirigentes del cuarto piso de Tucumán 1660, la consolidación de Ricardo Balbín en la jefatura de la UCR —planeada no sólo para la "próxima etapa crítica", sino para los catorce meses que le restan de mandato— puede permitir al partido realizar una tarea de captación "incruenta y efectiva" de los sectores peronistas en base a dos razones esenciales: el planteo popular-dialoguista fundado por Balbín y "las contradicciones que difícilmente pueda superar el Frejuli, que alejarán de su lado a ciertos sectores". Los radicales opinan que los grupos desarrollistas del Frente son los más preocupados por la actitud política de la UCR; que preferirían que el partido tuviera una conducción “gorila", que impidiera cualquier perspectiva de diálogo radical-peronista, en vistas a que las disidencias se acentuaran a medida que crezcan las dificultades del próximo gobierno del Frejuli. Es claro que la interpretación radical tiene un sentido; la táctica de ataque —indicada por Conrado Storani en Córdoba, al condenar la política petrolera del frondizismo— quizá se haya convertido, a estas horas, en una línea general. En síntesis: mientras los “ataques de flanco" provengan del desarrollismo, y los dichos del radicalismo se ensañen con este sector del Frente, roces más profundos quedan postergados. UNA GRAN PREOCUPACION. La muerte del conscripto Julio César Provenzano, el viernes 30, provocó un comunicado de la Juventud Radical, publicado el sábado 31. Provenzano, vinculado a los sectores juveniles del radicalismo, era sobrino de dos dirigentes importantes de la Capital, los hermanos Francisco Javier y Domingo Romano. Pero el secuestro del contraalmirante en retiro Francisco Aleman, hecho público en la mañana del lunes 2, llevó a la cúspide la preocupación del partido. Por la tarde de ese día, Balbín se reunió con Juan Carlos Pugliese, Antonio Tróccoli y Enrique Vanoli en su despacho de la Casa Radical. A puertas cerradas, y durante más de tres horas, los dirigentes analizaron el estado actual de la situación política a la luz de los nuevos sucesos. Poco trascendió de lo tratado pero, al decir de uno de ellos, una sola frase podía resumir el resultado: la UCR ve con "una gran preocupación" el curso de los hechos. Mientras tanto, crecía la seguridad de que el radicalismo se limitará a colaborar con el gobierno electo sólo en el plano de los cargos electivos, a pesar de que algunos sectores del Frejuli aún se obstinan, con pocas esperanzas, en destacar los beneficios de la colaboración de la UCR en otros puestos. Al mismo tiempo, la figura del mendocino Leopoldo Suárez empezaba a perfilarse para ocupar la presidencia del bloque parlamentario radical; los analistas creían entrever en esta presunta decisión un crecimiento de las posibilidades de Antonio Tróccoli como futuro conductor de la UCR. Se explica: la actuación de Suárez ahorraría desgastes al perfil de Tróccoli, que podría así llegar intacto a las elecciones internas de mayo de 1974. PANORAMA, ABRIL 5. 1973 |
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