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UN PERSONAJE DISTINTO PARA CARLOS BALA LOS lunes, a las 20.30, Canal 13 pone en pantallas “Balabasadas”, que sobre un libreto de Juan Carlos Calabró, anima Carlos Balá. Una numerosa teleaudiencia sigue con expectativa las andanzas del alocado Carlitos, un muchacho esencialmente bueno, poco desconfiado, ingenuo, que siempre tiene problemas. Cada semana, Carlitos desempeña un oficio distinto, pero nunca escarmienta en su ingenuidad. Haga de mucamo, de mensajero, de lechero, el muchacho estará mezclado en los más absurdos malentendidos. —Es que los muchachos buenos siempre están metiéndose en líos —nos explica Juan Carlos Calabró en su feliz iniciación como libretista. —¿Cómo se le ocurrió idear este personaje? —le preguntamos al famoso actor y animador. —Hace mucho tiempo que quería hacer una cosa semejante; por suerte, ahora lo he logrado. Carlitos es la imagen de todo muchacho de barrio, de esa buena gente que he conocido en tantos lugares... Carlos Balá, que escuchaba nuestra conversación, comentó en seguida: —A mí me gustó siempre interpretar estos personajes, tan lleno de humanidad, de amor por la vida. En los libretos de Calabró encontré lo que hace rato ansiaba. Sin duda alguna, este binomio ha sabido dar en la tecla. “Balabasadas” es un buen ejemplo de lo que puede hacerse en este género, con un humor directo, pleno de situaciones reideras que de ninguna manera abusa de las cosas groseras. —Imagínense —nos dice Balá— que gran parte de mi público son los niños. A ellos dedico todos mis afanes, mi entusiasmo. Así que mi humor no puede ser nunca grosero, insultante... En realidad, la vasta audiencia que este programa ha conquistado se basa, fundamentalmente, en un libreto que hilvana situaciones de humor sano, franco, que llega a todos los públicos. Y lo que es digno de remarcar es la actuación descollante de Balá en una línea muy parecida a la de Jerry Lewis, el extraordinario actor norteamericano. Por supuesto, Carlos Balá no imita a nadie pero sabe ubicarse en las más modernas corrientes de la comedia. —Estoy muy cómodo en este trabajo —insistió el actor—, y hacía mucho tiempo que no me sentía así. Es una satisfacción actuar al lado de gente tan compañera como la que me secunda todas las semanas. Carlos Balá habla con esa naturalidad que le conocemos desde sus primeros tiempos, cuando asomaba por primera vez con su sonrisa de buen muchacho granjeándose la simpatía de todo el mundo. Recordamos, de pronto, una anécdota famosa, que los amigos del actor suelen contar para poner de manifiesto el espíritu alegre de Balá. Cuando todavía no actuaba en ninguna parte, el muchacho subía a algún colectivo de la línea 60 y allí, en medio de los pasajeros, empezaba a contar chistes con tanta gracia que, finalmente, todos reían y aplaudían, felicitando al sagaz joven de flequillo en la frente. —Yo soy así -—dice en tono modesto, quitándole importancia a todos los elogios. Ahora con “Balabasadas” vuelve a demostrar sus notables condiciones, basadas en un humor sano, auténtico, verdadero derroche de ingenio para que los telespectadores pasen un momento agradable. Revista Antena 21.05.1968 |
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