Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

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“SOLO SOY RICO EN AMIGOS”
Revelaciones sobre el Primer Bandoneón del Mundo: Aníbal Troilo


pichucoLA enorme popularidad y estima que todo el mundo le depara a Aníbal Troilo “Pichuco” puede parecer excesiva a quienes no lo conocen íntimamente. En efecto, es posible también que se interprete el acto de ofrecerle tan a menudo como es posible cenas y fiestas de homenaje, como una actitud producida por esa fama de hombre bueno que ha echado a rodar su rico anecdotario. Pero no, “Pichuco” es realmente una personalidad excepcional en el medio artístico, pues es prácticamente imposible que tenga enemigos. Lo cual quiere decir mucho. Es decir, define exactamente a un hombre que nunca pudo —ni puede— decir que ha acumulado una fortuna financiera acorde con su posición de Primer Bandoneón del tango. Troilo no es rico, y hasta puede afirmarse que no se preocupa por serlo. En cambio, lo es, sí, y bien que se preocupa, por ello, en ser cada día más rico en amigos. Una riqueza que Troilo ha ido atesorando desde. que tuvo necesidad de beber el clima de la ciudad en interminables veladas para volcar luego en estrofas de tango el fruto de su inspiración.
Hay una fama que sólo los amigos muy íntimos de '‘Pichuco” conocen: es su fama de hombre generoso. ¡Cuántos amigos —y cuántos apenas conocidos— han acudido a él para salir de un mal momento! Mientras tenga en su billetera unos pocos pesos, no habrá problemas para cumplir con el amigo. Al día siguiente ya no recordará a quién le ha prestado dinero. A veces fingirá no recordar. Hasta en esto es un caso excepcional Aníbal Troilo “Pichuco”.
No sólo es un hombre que hace de la amistad un culto extremo, sino que su casa está siempre dispuesta para recibir a cualquier hora del día a esa legión de amigos que forman su mundo único. Por eso “Pichuco”, de compras en una despensa, es un espectáculo para regocijo de los amantes de la buena mesa. Suele adquirir vituallas y excelentes vinos en conocidos almacenes del centro, donde por lo general se venden productos enlatados importados. Cuando “Pichuco” ordena, suele hacer un gran ademán con la mano derecha, y, señalando una estantería, decir:
—Por favor, empaquéteme todas esas latas de caballas... Después, todos aquellos quesos... Aquel cajón de whisky..; También aquellos jamones...
Sí, todo al por mayor. En cantidad suficiente para que sus ami gos queden satisfechos gastronómicamente, porque el espíritu se encargará de alimentarlo directamente el Bandoneón Mayor de Buenos Aires (como acertadamente lo bautizara Julián Centeya), con su rico anecdotario y su amistad sincera- Sobre todo eso, sincera.
Este es, pues, el verdadero Aníbal Troilo. El mismo que pronto será la figura central de un gran Espectacular que está proyectando Carlos Sandor para Canal 13.
Revista Antena
12.08.1969
 
 

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