Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Bosch
BOSCH
un nombre de fama universal
EL que antes oía el nombre de BOSCH, pensaba en primer lugar en automóviles y en motocicletas. En todas partes se conocen el encendido Bosch, las instalaciones de alumbrado y de arranque Bosch, la bomba de inyección Bosch para motores Diesel, y los numerosos y variadísimos accesorios Bosch para vehículos automóviles, como bujías, bobinas de encendido, baterías, frenos, limpia-parabrisas, indicadores de dirección, bocinas, faros, etc.
Hoy día. sin embargo, el nombre de BOSCH ha llegado a ser un concepto de calidad también en artículos eléctricos para usos Industriales y domésticos. Los refrigeradores Bosch y las máquinas de cocina Bosch son auxiliares valiosos para la señora de la casa. El ingeniero fabricante se sirve de herramientas eléctricas Bosch. Los constructores tienen en alta estima los martillos perforadores y de percusión que se utilizan para edificaciones y obras en general. Los condensadores MP Bosch, mejoran el factor de potencia d las redes de distribución de corriente eléctrica.
¿Cómo ha sido posible que la casa BOSCH se desenvolviera en pocos decenios a ser una fábrica industrial de alto prestigio y conocida en todo el mundo por la extraordinaria calidad de sus productos? ¿Quién era este Robert Bosch?
Robert Bosch nació en 1861. Hijo de un labrador y fondista que vivía cerca de Ulm, aprendió el oficio de mecánico y se fué al extranjero.
Después de siete años de aprender y viajar, durante los cuales trabajó también en Inglaterra y en los EE. UU., en 1886 abrió un taller de mecánica de precisión en Stuttgart, donde quería fabricar, sobre todo, aparatos electrotécnicos. Comenzó su trabajo con un operario, un aprendiz y 10.000 marcos de capital inicial.
Un año después de establecida su firma, Bosch fabricó el primer magneto de encendido de baja tensión, para un motor estacionario a gas. Pero no fué hasta diez años más tarde, cuando ya había salido del taller el milésimo magneto, que inició el desenvolvimiento decisivo: el encendido Bosch se empleó en el automóvil.
Cuando, en 1901, ya se habían fabricado 10.000 magnetos, se avanza otro paso decisivo con la creación del magneto Bosch de alta tensión. Desde entonces, todo se desarrolla de una manera realmente vertiginosa. En vez de los 45 colaboradores del año 1901. en 1912 trabajan en la empresa 4.500 personas; un millón de magnetos habían salido de la fábrica. En 1914 la producción ya había alcanzado 2 millones de magnetos, y el 88% de la producción se exportaba al extranjero, cuando estalló la primera guerra mundial.
El primitivo taller mecánico de Bosch se había transformado en una empresa industrial de renombre universal, y el mismo Robert Bosch se había adaptado al paso en que crecieron sus tareas.
En las años antes y después de la primera guerra mundial, se añadieron a la producción del encendido de magneto las de dinamos, arranques y faros Bosch. En 1921 empezó la marcha triunfal de la bocina Bosch, dos años después se introdujo el conocido alumbrado de bicicletas Bosch. Otros muchos productos se añadieron, sea en el sector de accesorios de automóvil, sea fuera de éste, hasta el año 1927, que llega a ser de singular importancia: se crea la bomba de inyección Bosch para motones Diesel. Y era ésta la que facilitó la grandiosa marcha ascendente, del motor Diesel de automóviles, de marcha rápida y de gran potencia. Desde entonces hasta hoy día han salido de las fábricas casi dos millones de bombas de inyección Bosch para motores Diesel.
El programa de fabricación se sigue ampliando más y más; se producen herramientas eléctricas, piezas para radios, refrigeradores y un gran número de otros productos. De nuevo se encuentra la empresa en el apogeo de su desarrollo cuando por segunda vez estalla una guerra mundial, mucho más terrible que la primera y con todas sus funestas consecuencias. Robert Bosch no vivió el tiempo necesario para ver que dos terceras partes de sus fábricas fueron destruidas, pues murió en 1942 a la edad de 81 añas.
Después de la derrota, parecía imposible volver a recuperar lo perdido. Pero la obra y el espíritu de Robert Bosch y la voluntad constructiva de sus colaboradoras fueron más fuertes. Hoy día ya están trabajando otra vez más de 30.000 personas en las fábricas de la ROBERT BOSCH GMBH y las de sus compañías afiliadas.
Dondequiera que se hable de trabajo de calidad y de altísima precisión se mencionará también el nombre de aquel hombre cuyo lema ha sido: “Es preferible perder dinero que confianza”, y que una vez dijo: “Siempre ha sido para mí una idea insoportable el que, al examinar uno de mis productos alguien pudiera demostrar que yo produzco algo inferior. Por ello, siempre he tratado de entregar trabajos que, expuestos a las más duras pruebas, fueran superiores en todo sentido.”
Estas palabras hoy como entonces son valederas para los que trabajan en la organización de la casa Bosch.
Revista Caras y Caretas
06/1955

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