Tomates rellenos veraniegos - Salchichas deliciosas - Torta helada - Revuelto sorpresa - Aspic de queso al chilí - Batido helado de ananás - Lengua a la tártara Era verano y ya habían pasado las fiestas de fin de año. No como ahora, que uno tiene que andar pensando qué cornos va a hacer de comer... "ahhh no, yo no me voy a romper como el año pasado para que venga tu hermana a sacarme el cuero porque la mayonesa no era casera". En principios del '72, la cosa era más sencilla, uno era jóven y la hermana de alguien solamente esperaba que todo terminara para ir a lo de alguien con la que iba a ser su cuñada. En fin, Jockey decía la pura verdad y la doble protección no te la daban Macri (perdón) y el colombiano Narváez. Para eso estaba Gillette Valet super seco, dos segundos de aplicación y doble protección como desodorante y antitraspirante las veinte y cuatro horas. Ongaro salía con doce kilos menos, de Villa Devoto salía, cruzando el portón salía, luego de nueve meses preso, salía. La Casa Blanca autorizaba la construcción de un navío cósmico para servicios comerciales al costo de cinco mil palenques de los verdes y que estaría listo para el mundial del setenta y ocho. Un taxi espacial, que le dicen. El hipo dejaba de curarse con un susto, respirar cabeza abajo dentro de una bolsita de papel, contener la respiración, beber un vaso de agua toda de golpe, y otros shocks (ahhh...Susana era flaca) adrenalínicos. No señor, a partir de ese momento la ciencia se ponía de acuerdo con la comadre del barrio y establecían que el mal venusino del hipo se curaba con una cucharada de las de postre llena de... azúcar molida. Mor Roig hablaba del GAN, la avenida Corrientes era piqueteada para que un nuevo maquillaje la adornara, la gallina era la Turuleca, Banana era un boliche donde las chicas movían sus hot pants en la pista de baile, con el conjunto Alta Tensión haciéndole los ritmos, el cobre y el cuero eran moda en carteras y algún que otro colgante (¿se sigue diciendo "colgante"?) y en el autódromo se realizaba la carrera de los "mil kilómetros de la ciudad de Buenos Aires" para coches Sport y grupo 4. Ganó la Ferrari. Y mientras Mafalda se preguntaba "¡Sopa en verano! ¿A quién se le ocurre hacer sopa en verano?", nuestras madres jugaban a ser algo más que una cocinera tradicional y probaban nuestras reacciones con cuanto tomate arrancaban del fondo para rellenarlo de ¿exquisiteces? (Vd. ¿con qué rellena los tomates?), la respuesta era un clásico: "y si... es distinto ¿no?" y todos quedábamos bien.
Tomates rellenos veraniegos: corte una tapa a seis tomates, vacíelos con una cucharita, sálelos y déjelos escurrir boca abajo en la heladera. Pique tres huevos duros, una cebolla y mezcle con el contenido de una lata mediana de atún, escurrido y deshecho, sal, pimienta, y jugo de limón. Rellene los tomates con esta preparación, póngales un copete de mayonesa y sírvalos bien frescos. |
|
|
|