Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

ENTREVISTAS
Diva Silja: una viuda práctica
Desde Francfort escribe Olga Costa Viva.
Con voz fresca y sin atisbos de divismo responde: "¡Ah! ¿Una entrevista? Okey. Hoy antes de la función". Es Anja Silja (32), la excelente cantante wagneriana, la niña prodigio que realizó su primer concierto a los 10 años, a los 19 interpretó el difícil rol de Senta en "El Holandés Errante", de Wagner, y a partir de ese momento fue una de las más celebradas intérpretes del gran músico alemán, lo que la convirtió durante varios años en la reina de Bayreuth. En la década del 60 fue la gran Isolda de la que se enamoró perdidamente Wieland Wagner, nieto de Ricardo, y entre escándalos de repercusión mundial vivieron juntos hasta la muerte de Wieland, acaecida en 1966. A partir de ese momento Anja enmudece, ya no canta Wagner y su gran fuerza dramática la lleva a realizar interpretaciones geniales de Salomé, de Strauss; Lulú, de Alban Berg; la Leonora, de Fidelio; la Violeta, en Traviata; la reina de la noche, en la Flauta Mágica, de Mozart.
La sensación en la actual temporada operística alemana fue su debut como la Viuda Alegre, de Franz Lehar. Su paso de lo dramático a lo ligero. Toda la prensa se ocupó de ella, muchas fueron las críticas, más las alabanzas. ¿Cuál es el motivo, Anja, por el cual se decidió a dar este paso en su carrera? "Sencillamente porque me divierte." Su camerino es pequeño, lejos de las fastuosidades de nuestro teatro Colón. Aún tiene los ruleros para su tocado del primer acto. Alguien grita por los palillos: "Anja, tienes visita". Una voz inconfundible contesta: "Oh du Schande (Oh, vergüenza), me había olvidado". La cordialidad y el compañerismo son la tónica del Teatro Estatal de Francfort, la ciudad de los bancos, y la más socialista de Alemania.

LOS COMIENZOS. ¿Cómo se convirtió en una niña prodigio? "Fue un descubrimiento de mi abuelo cuando a los cinco años me sorprendió que oyendo la radio cantaba el personaje de Brunhilda. De ahí en adelante se preocupó por educar mi voz y me libero de cualquier otra tarea que no fuera la música y el canto. A los diez años di en Berlín, mi ciudad natal, mi primer concierto, y a los once canté Traviata en Hamburgo frente a un auditorio de dos mil personas. Luego vinieron los roles wagnerianos unidos a la época más feliz y más trágica de mi vida, mi relación con Wieland Wagner, casado y padre de cuatro hijos." ¿Cómo era Wieland? "Era sencillamente un genio, conocía hasta la última letra de los escritos de Wagner y tenía una imaginación prodigiosa. Yo en cambio sólo cantaba y lo amaba. Cuando interpretaba Isolda, uno de mis más grandes triunfos, sentía a través de mi amor a Wieland el amor de su abuelo por Matilde Wessendonck, también trágico y conflictuado; era la mujer de su mejor amigo. Por eso a la muerte de Wieland prometí no cantar una sola nota más de Wagner, me produce demasiado dolor. Y ahora vaya a ver la opereta y en el entreacto me cuenta."

LA VIUDA DISCIPLINADA. En un traje de tul negro, con bordados y diademas aparece en medio de las puestas más exquisitas del famoso coreógrafo John Neumeier, la elegantísima Hanna Olawari (Anja Silja), la rica viuda húngara cortejada por sus admiradores parisinos. La obra se desarrolla en el París de 1900. Hanna, con su desenfado de mujer mundana, canta en tiempo de mazurca: "Aún no me he aclimatizado lo suficiente a París para que pueda entender estas dulces necedades". Anja no es lustig (alegre), no ha aprendido a reírse. No flirtea, conquista sin rodeos, conquista por ser; ésta es la gran diferencia con las otras interpretaciones de la Viuda Alegre. La actriz dramática que puede amar perversamente en Salomé y revolcarse por el deseo carnal que le provoca la figura inconmovible del Bautista, conquista con elegancia casi dramática, obliga a ser conquistada. Tal vez le falte la dulzura de lo frívolo, pero lo supera con la grandiosidad de la gran dama. Es otra viuda, una viuda alegre inusitada a la que no estábamos acostumbrados; de allí el estupor que causó en toda Alemania y la alegría en Francfort, ya que a partir de este éxito la opereta no es más una hija adoptiva de la ciudad. A ello también contribuyó la dirección orquestal de Christoph von Dohnanyi que por su sangre austrohúngara confirió a la partitura el ritmo preciso. El primer acto termina. Sorprendemos nuevamente en el camerino a Anja Silja, esta vez saboreando una salchicha que le alcanza su hijo. "Estoy furiosa, el público de hoy es insoportable, pesado, no comunica ninguna alegría a los artistas." En la entrada del teatro están los autobuses, le sugiere. "¡Ah! Ahora comprendo, es el público de los pueblos suburbanos, el público de los sábados, característico por su pesadez, la pesadez de Hessen. Si fuera el de los suburbios de Viena sería distinto."

LA POLITICA Y LA MUJER. Se habla de política. "Me resulta sofocante, reconozco que no debería ser así, pero no entiendo nada de política ni me interesa. Como cantante de ópera no tengo por qué asumir compromisos políticos. Si fuera una actriz del teatro en prosa sería distinto porque el teatro moderno obliga a este compromiso. Los cantantes somos de todas formas los burgueses entre los artistas; nunca hablamos entre nosotros de política, ya que la ópera no es un arte actual como lo es el teatro en prosa." Otro tema es el del papel de la mujer en la sociedad moderna. "No creo en la emancipación de la mujer, la mujer está emancipada desde hace mucho tiempo. Si elige casarse y tener hijos, es por su propia elección. Yo he renunciado a esta felicidad por mi carrera y ahora ya es muy tarde, soy demasiado vieja." Pero si tiene sólo treinta y dos años... "Sí, pero después de los 30 ya no resulta." Usted vive con Donhayi. "Sí, pero es distinto, los dos somos libres y amamos por sobre todo nuestra profesión." Usted nunca fue a Buenos Aires, ¿por qué? "Desgraciadamente tuve varias propuestas pero siempre hubo interferencias por algún factor ajeno a mi voluntad y no pude llegar. Lo lamento porque sé que tiene uno de los teatros líricos más importantes del mundo, pero aún tengo esperanzas."
PANORAMA, MARZO 29, 1973
(acerca de la cantante ver este enlace -al 5/11/2021- http://www.damiselasenapuros.com.ar/2020/07/apenas-ochenta-para-la-intrepida-anja.html)

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