Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Resilientes
El piso que gano la batalla doméstica
Cuando los Estados Unidos entraron en guerra, a fines de 1941, el grupo familiar se vio forzado a cambiar sus costumbres casi de la noche a la mañana: las mujeres entregaron la mitad de su tiempo a las industrias bélicas y afrontaron las tareas domésticas con más apuro que minucia; ese hecho influyó decisivamente en la victoria aliada (Hitler se negó hasta el fin de las hostilidades a que las mujeres alemanas trabajasen en las fábricas de guerra), pero a la vez creó centenares de problemas prácticos en la vida norteamericana: cómo cuidar a los chicos, cómo mantener la casa limpia, cómo preparar la comida a tiempo.
De esas necesidades nacieron algunos de los mejores golpes de ingenio industrial: quizá el más persistente fue el piso capaz de soportar cualquier peso o presión y de recuperar su forma original en las 4 a 6 horas siguientes: el resiliente, neologismo español que deriva de la palabra inglesa resilient, acabó por imponerse en todo el mundo durante la década del 40. En los años de guerra, las mujeres fueron liberadas por ese piso de algunas graves preocupaciones domésticas, como los desniveles o el desgaste del material; en los años de paz, el piso resiliente se les reveló a los núcleos familiares como más estético y suntuoso que cualquier otro piso en base a resinas sintéticas.
La eficacia del material está probada ahora por las estadísticas: el 90 por ciento de los pisos, en USA, son de esa naturaleza; en Europa y el Japón, el resiliente es también un lugar común. Hace tres meses, la Argentina emprendió una ofensiva de ese tipo, al advertirse que sus ventajas abarcan seis puntos clave:
•Flexibilidad.
•No es ruidoso. Resulta agradable caminar sobre él.
•No es frío, como los mosaicos. Eso lo hace apto para los dormitorios.
•Es homogéneo. No tiene capas y conserva siempre el mismo diseño, a pesar de los desgastes naturales.
•Es ostensiblemente más económico, por su menor costo de mantenimiento y su mayor durabilidad. Por lo demás, mientras los pisos de mosaico y parquet tardan en colocarse, los resilientes se instalan en medio día.
•Pesa entre 50 y 100 kilos menos que el mosaico, por metro cuadrado. En consecuencia, las estructuras de cemento pueden ser más livianas.
Desde que estas cualidades fueron verificadas, una fábrica ubicada en Zárate, provincia de Buenos Aires, ha empezado a producir pisos resilientes, con la marca Sektalon, a un ritmo que pasará el millón de metros cuadrados en su primer año. En la planta trabaja un centenar de obreros, sin concederse treguas.
El jefe de la División Desarrollo Comercial de Iggam —la empresa que introduce al mercado este tipo de pisos—, ingeniero Francisco A. Viggiano, de 30 años, precisó a PRIMERA PLANA la razón por la cual el piso resiliente se expande cada vez más avasalladora-mente: su empleo —dijo— forma parte de la tendencia moderna a cambiar las técnicas de la construcción; ahora se prefieren los materiales de poca mano de obra, simples, y que supongan ahorro de tiempo. Aparte de las posibilidades para exportar Sektalon, los ejecutivos de Iggam preparan, para un futuro cercano, la adaptación de ese material a otros usos que no sean los meramente domésticos. A esta altura, ya hay un vagón de ferrocarril que tiene instalado, en vez del viejo piso de goma, uno de material resiliente.

En el mundo de la química
El proceso de elaboración del producto nació en Inglaterra, durante el apogeo del linóleum. Algunos laboratorios como Robbins Floor Products, Inc., de Tuscumbia, Alabama, USA, utilizaron la resina básica —policloruro de vinilo, elaborado con sal, carbonato de calcio, carbón de coke y agua—, añadiéndole otras materias primas. En la versión argentina de ese proceso, el 99 por ciento de esas materias son de origen nacional.
No fue eso todo: se agregó también una fórmula secreta de estabilizantes —para evitar la ruptura y el movimiento de las moléculas—, plastificantes y opacificantes, con cargas minerales de adecuada pigmentación. Toda esta mezcla se lleva a una gelinizadora, imponente máquina de varias toneladas, que forma una pasta a través de dos cilindros con diferentes temperaturas y velocidades. Así se va formando el piso Sektalon, cuya denominación técnica es la de "complejo de vinilo y otras resinas sintéticas elastoprensadas".
Los expertos argentinos consideran que pronto se seguirá la tendencia imperante en USA. Los materiales de este tipo fueron inmediatamente aceptados por profesionales y usuarios de los Estados Unidos, por evidentes razones prácticas y estéticas. De esta manera, desaparecieron del mercado muchos elementos convencionales empleados tradicionalmente. La incorporación de nuevos diseños permitió innovar en los aspectos decorativos, y un novedoso concepto del color y la armonía amplió las posibilidades de combinación. Así, los pisos forman ya parte activa en el conjunto de elementos que constituyen el ambiente moderno.

Pisos en el día
Un atractivo no menor los pisos resilientes, es que pueden colocarse en el día y ser usados inmediatamente. El producto se presenta en placas perfectamente cuadradas, de treinta centímetros de lado; la exactitud tiende a eliminar los riesgos de los mosaicos, que adolecen por lo general de asimetrías milimétricas.
Su instalación es bastante simple, porque no es necesario levantar —en los casos de refección— el piso viejo. Sobre la superficie antigua, se distribuye una capa de adhesivo especial (fabricado por Iggam), y encima, las placas vinílicas. Es así como una habitación de 4 x 4, requiere cuatro horas de aplicación, incluyendo el tiempo de fijación de centro y ejes. El sistema de placas y su inmediata utilización, desecha también el fastidioso trabajo de retirar los muebles de un ambiente en forma total. Con sólo correrlos por sectores, el colocador está en condiciones de cumplir su trabajo.
1º de setiembre de 1964
PRIMERA PLANA

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